El nombre del despacho de abogados |
De: Francesc Domínguez
Fecha: Junio 2004
Origen: MJC Marketing Jurídico Consultores
Fecha: Junio 2004
Origen: MJC Marketing Jurídico Consultores
Artículo perteneciente al Área Temática sobre Marketing Jurídico publicada en Noticias Jurídicas de 2002 a 2009.
¿El nombre de su despacho o agrupación de despachos
es el adecuado? Si tal vez va a crear una firma de abogados, ¿está
dando al nombre la importancia que merece?
La ausencia de estrategia de marketing explícita en la
mayoría de despachos de abogados tiene uno de sus reflejos en
la inadecuación de los nombres de muchas firmas de abogados.
La identidad verbal o nombre de la firma forma parte del proceso de
creación de una nueva marca o de reposicionamiento de una ya
existente. Para seleccionar un nombre es necesario reflexionar sobre
el despacho, su sector, su competencia y sus clientes potenciales.
Una firma debe tener claro cuál es el concepto de despacho
que desea transmitir y las asociaciones con las que espera que los
clientes potenciales relacionen la marca. Toda firma de abogados
tiene una personalidad única que es preciso que se refleje en
un nombre con personalidad, es decir, distintivo,
sencillo y coherente con los valores, la identidad y el carácter
del despacho. Reflexionar sobre la elección del nombre
adecuado para el despacho es una muestra de la importancia que la
firma otorga a su percepción social.
El nombre contribuye a la creación de la primera impresión
entre las personas y empresas que tienen contacto con la firma. Por
nuestra experiencia hemos observado que, en general, las firmas de
abogados eligen su marca sin rigor ni método. El resultado es
que los despachos suelen tener nombres indiferenciados, que incluyen
palabras genéricas como: bufete, consultoría jurídica,
despacho de abogados, despacho jurídico, estudio jurídico,
gabinete de estudios jurídicos, etc.
En algunos casos las firmas optan por escoger el/los apellido/s
del socio. Siempre es mejor optar por un apellido que por dos, tres o
cuatro, dado que la cantidad de apellidos está directamente
relacionada con la dificultad de memorización. Además,
qué pasará si ese socio fallece o se jubila y no tiene
un sucesor con el mismo apellido. Si se opta por elegir el apellido
es básico potenciar la marca del socio principal, su prestigio
y reputación.
En otros casos, los despachos optan por usar siglas, una solución
fácil pero ineficaz. ¿Quién recuerda o es capaz
de memorizar las siglas? Las siglas son un error, pues dificultan la
memorización del nombre y, normalmente, no sugieren. Sólo
son adecuadas, desde un punto de vista de creación de marca,
si el despacho crea una nueva categoría de mercado, en cuyo
caso se podrá permitir el uso de siglas y otras licencias. Si
usted no ha creado una categoría de mercado, por ejemplo la
especialidad en su día en derecho del ruido o en derecho del
ocio, y quiere dificultar la memorización de su marca, escoja
una sigla.
Así pues, si algo debe evitarse al seleccionar una marca es
escoger nombres largos, nombres genéricos, siglas o nombres
propios del derecho, dado que son muchos los despachos que, por
tradición del colectivo, optan por ellos. Hay que huir de la
indiferenciación, en un mundo jurídico saturado de
oferta.
Nombres genéricos1
El uso de genéricos es el error más frecuente en el
sector jurídico, respecto a la identidad verbal de las firmas.
Unos ejemplos.
- Bufete García-Gil (La
presencia del genérico "bufete" antes que los
apellidos, hace perder fuerza a la marca.);
- Andrade y Asociados (¿De
qué estamos hablando con "Asociados", de
arquitectos, ingenieros, consultores, abogados...?);
- Despacho de Abogados Pere Martí
(demasiada importancia a "Despacho de Abogados");
- Estudio Jurídico Torres
Abogados ("¿Estudio jurídico? El cliente
potencial puede pensar que se dedican a enseñar Derecho);
- Práctica Jurídica (¿Se imaginan una
empresa que se denominase "Práctica Empresarial"?)
Combinación larga de nombres
La combinación larga de nombres implica verdaderas trabas a
la memorización. Son también una constante. Ejemplos:
- Romero, García López,
Molina y Asociados;
- Despacho Hernández de San
Cristóbal, Abogados y Asesores;
- Jon Iríbar & Iñigo
Arketa Gabinete Jurídico Abogados;
- Lahoz, Galindo y Bolea, S.A,
Asesores Legales Consultores;
- Estudio Jurídico Bertrán
Abogados Asociados;
- Bufete Pérez Torres Abogados Asociados.
Si su bufete tiene un nombre largo y con nombres genéricos,
usted está hipotecando una parte del potencial de su marca,
gratuitamente.
Siglas
AGD Abogados, BLA, DLC, NNN&N Abogados, A & D Law-Harold &
Brown Abogados; Gabinete de Estudios Jurídicos A & A. ¿Le
facilitan las siglas la memorización? ¿Le sugieren
algo?
Latinismos
Proiuro, Prolegis, Legal, Iuritas, Lex, Legaliter, etc. ¿Cree
que estos nombres le diferencian positivamente del resto? No, son
demasiado habituales entre los profesionales del mundo jurídico.
Son más de lo mismo. ¿Usted, como profesional, es más
de lo mismo? Seguro que no. Pues actúe en consecuencia, adopte
para su despacho un nombre con personalidad, que le diferencie, que
transmita la personalidad, el estilo, los valores del despacho.
Salvo que usted esté enamorado del latín o del
Derecho romano, o esté convencido de que sus clientes
actuales, y sobre todo potenciales, tienen una capacidad memorística
fuera de lo común, le recomendamos que opte por nombres
cortos, con muy pocas sílabas, fácilmente pronunciables
en varias lenguas, sobre todo las de gran difusión, en
previsión de una posible internacionalización futura
del despacho o de su cartera de clientes.
Finalmente, en el competitivo mundo actual de poco sirve tener un
nombre bien elegido si el despacho o agrupación no comunica
adecuadamente su concepto de marca y es incapaz de ocupar un lugar
privilegiado en la mente de los clientes.
© 2004, Francesc Domínguez, MJC Marketing Jurídico
Consultores, www.marketing-juridico.com . Derechos reservados.
Versión reducida del artículo publicado en mayo de 2004
en la revista Economist & Jurist.
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