Las recomendaciones corresponden según la perspectiva del autor a fin de colaborar con nuevas ideas complementarias a la investigación original.

El Doctor Santiago Valderrama Mendoza catedrático peruano de reconocida trayectoria académica (2007 p. 275) señala que: “Es importante considerar las implicaciones de los hallazgos tanto para la práctica o procesos de trabajo, como para la toma de decisiones. Así mismo deben identificarse nuevos vacíos en los conocimientos o nuevos problemas de la práctica y proponer nuevas interrogantes para la investigación”. La experticia en el desarrollo de las recomendaciones favorece al espíritu de la colaboración ante retos académicos del devenir.

Conforme a la Secretaria de Marina de México (2010 p. 41) las recomendaciones deberían ayudar a:
• “Asociarse lógicamente con las conclusiones establecidas.
• Establecer sugerencias para implementar o realizar la solución propuesta.
• Indicar las implicaciones del estudio en investigaciones posteriores, por ejemplo: aspectos metodológicos, selección y aplicación de instrumentos, así como en el desarrollo de otros instrumentos.”

El mantener las estrategias metacognitivas a fin de cumplir con la secuencia lógica en las recomendaciones como las nuevas aplicaciones constituye un valioso aporte de las recomendaciones en los trabajos de investigación.

Lineamientos finales de redacción académica
Según el manual de estilo de cada casa de estudios varían las directrices de redacción académica. La redacción del texto debe con propósito entrelazado en la unidad lógica de construcción evitando estar asilada (Gottschalk y Hjortshoj, 2004 p. 121). El texto debe estar enlazado entre texto y texto (Chanock, 2002 p.32) de tal manera que facilite retomar el hilo conductor lógico. El redactor desarrolla intencionalmente la epistemología de la disciplina (Russell y Foster, 2002 p. 14) al recrear la sustentación del trabajo académico. Además se reviste de identidad personal y social (Curry y Lillis, 2003 p. 10) al desarrollar competencias sociales inherentes a su perfil de egresado. También debe repensar todos los datos y redactar al final del trabajo académico (Dick, 2002 p. 160) a fin de abarcar la integridad del trabajo.

Se han recopilado las siguientes interrogantes del Magister Marcelo Rojas (2002 p.92): “1. ¿Tiene el informe una presentación prolija, adecuadamente dividido y organizado en las secciones o capítulos, y de acuerdo a las “normas recomendadas” (por el profesor, institución o publicación)?.
2. ¿Están convenientemente elegidas las palabras y adecuadamente estructuradas las oraciones y párrafos, para que el lenguaje sea: breve, claro y preciso?. ¿La redacción traduce además: eficacia, unidad, coherencia, énfasis, impersonalidad, cortesía y modestia?.
3. ¿Están correctamente presentadas: nombres científicos, símbolos, siglas o acrónimos, unidades de medida del “SI”, la “puntuación y espacio decimal” y los productos numéricos?.
4. En la redacción de “agradecimientos” y “comunicaciones personales”, ¿Se ha cuidado que el texto no comprometa la posición o punto de vista de la persona citada, trasladándole una responsabilidad que no le compete en el informe?.”
En conclusión, se espera haber contribuido al proceso de investigación en la educación superior universitaria.