14 Enero 2013
en Consejos para abogados
Las fusiones de los
bufetes de abogados deben realizarse teniendo en cuenta una orientación
clara hacia la prestación de un mejor servicio a los clientes
La fusión entre bufetes de abogados suele responder, como en el caso de casi todas las uniones entre empresas, a un interés por crecer como compañía y por ofrecer mejores servicios, lo que es frecuente que derive en mayores ingresos.
Sin embargo, y según indican diversos expertos, en el caso de los despachos de abogados es importante que exista "química" entre las firmas que desean unirse y, sobre todo, que nunca se pierda de vista que los principales activos son las personas que los componen, por lo que cualquier objetivo económico de la fusión debe mantenerse en un segundo plano.
En estos casos, la integración tanto del staff general como de los propios abogados no puede plantearse como un objetivo en sí, sino como una parte fundamental de la estrategia general del acuerdo común al que se quiere llegar.
Por ello, en primer lugar debe realizarse siempre un análisis exhaustivo
previo a la unión que determine si realmente los objetivos y las
culturas de las partes pueden llegar a entenderse. Además, hay que tener
en cuenta que los procesos deben realizarse con calma y sin presiones y, sobre todo, con una transparencia absoluta.
Igualmente es importante que, en todo momento, se respeten las identidades de los bufetes y se oriente siempre la fusión hacia el cliente, que será el que finalmente determine si ha sido fructífera o si, por el contrario, no ha sabido mantener los valores de servicio que deben ofrecerse siempre.
Por otra parte, se recomienda implementar los procedimientos y los protocolos en torno a una firma global
ya que, de hacer lo contrario, se corre el riesgo de que la unión entre
los equipos no sea real y, por tanto, no funcione como se espera que lo
haga.
Por último, se requiere un componente de generosidad por parte de los líderes de los bufetes que, además, deberán implicarse al máximo en todos los procesos y fomentar la comunicación,
no sólo entre las firmas que se unan, sino entre los propios equipos de
cada despacho e, incluso, de cara al exterior. El objetivo final de su
papel debe ser siempre evitar que surjan posibles peleas internas que deriven en el fracaso de la operación tanto a corto como a largo plazo.
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