En 2017 vencen $633 millones de estos instrumentos de corto plazo. FUSADES afirma en un reciente estudio que la situación de las finanzas públicas es “vulnerable” e insiste en un ajuste fiscal.
30 de Agosto de 2017 a la(s) 0:0 / Rosa María Pastrán/Edwin Teos
De la deuda en LETES, el Gobierno tiene que pagar durante este semestre $633.3 millones, incluyendo los $150 millones que compró el Banco Central de Bolivia y $483.3 millones que están en manos de otros acreedores, en caso de no hacer un “roll over”, es decir, extender por otro período similar el pago de los títulos a los inversionistas.
Los LETES son instrumentos que el Estado, a 90, 180, 270 y 360 días, usa para obtener recursos con los que financiar necesidades de caja en el corto plazo. “Si sumo todas las que se vencen son $798 millones, pero resulta que en el acuerdo de finales del año pasado se pagaron $307 millones en LETES con la emisión de eurobonos”, detalló José Andrés Oliva, economista del Departamento de Estudios Económicos de FUSADES.
“Antes de hacer el pago (los bancos residentes) tenían $514 millones, después de hacer el pago disminuyeron casi a $280 millones, en donde se han mantenido y no han comprado más”, añadió.
Los LETES representan 40 % de todos los gastos que el Estado debe de cubrir este año, y el pago de pensiones es 30 % –ya sea del antiguo sistema del ISSS y el INPEP– y por la amortización de los CIP (Certificados de Inversión Previsional).
“Es decir que las complicaciones financieras en ejercicios (fiscales) anteriores a través de LETES, nos complican este ejercicio fiscal. Las finanzas públicas tienen su mayor complicación por las pensiones hasta en un 30 %. Una reforma de pensiones si es buena y sostenible, podría mejorar el 30 %”, agregó el economista.
El parlamento salvadoreño tiene pendiente la aprobación de una reforma de pensiones. En el último año se han presentando, al menos, cinco proyectos de reforma por diferentes entidades
Según FUSADES, el Gobierno necesita $408.6 millones para terminar el año.
El Ministerio de Hacienda dijo la semana pasada que necesita $300 millones. Oliva considera que la diferencia es porque no se ha incluido el pago de $91 millones en capital e intereses a los ahorros de pensiones de los trabajadores por CIP emitidos en el pasado; una obligación programada para octubre próximo.
Este año, Hacienda ha cubierto parte de sus obligaciones con ingresos provenientes de autónomas como CEPA, recortes en el subsidio de electricidad, canje de deuda con el banco KfW, la incorporación de la contribución especial de grandes contribuyentes de 2016, montos recuperados con empresas como Pacific Rim y Enel Green Power y la venta de las acciones de los ingenios, entre otras fuentes.
Necesidad de ajuste
FUSADES insiste que es necesario lograr un ajuste fiscal para que la economía salvadoreña pueda estabilizarse y que logre un crecimiento a mediano plazo. De hecho, el año pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo una serie de recomendaciones para ajustar en 3 % el Producto Interno Bruto (PIB), que permitiría al Estado ingresar $750 millones más para su funcionamiento.
El menú de propuestas del FMI incluye un aumento de dos puntos en el IVA, de 13 % a 15 %, ahorros en la compra de bienes y servicios, adoptar el impuesto a la propiedad, simplificar impuestos engorrosos, focalizar subsidios, reducir el gasto salarial y eliminar exenciones fiscales.
Por su parte, la fundación hizo un estudio en el que mide los impactos que podría generar un ajuste del 1 % del PIB. Oliva sostuvo que de realizarse un ajuste de 1 %, el crecimiento del PIB caería en 0.48 % en el primer año.
Sin embargo, Oliva aseguró que los efectos positivos se verían en el mediano plazo, lo que permitiría que el PB se recupere 0.58 % en el segundo año y 0.17 % en el tercer año.
Además, el experto de FUSADES hizo una estimación en el tema de empleos. Dijo que de hacerse un ajuste de 1 % del PIB, y teniendo en cuenta que en el país hay 790,000 cotizantes, según datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), en el primer año se perderían 7,000 empleos, que significa un decrecimiento del -1.7 %.
Pero al igual que la tendencia del crecimiento económico, Oliva dijo que, en los siguientes años, la tasa de crecimiento de los cotizantes crecería en 0.18 % y 0.04 % respectivamente.
“No hay que temer al ajuste fiscal, por el contrario el beneficio es un crecimiento robusto y sólido en el mediano plazo”, insistió Oliva.
Los LETES son instrumentos que el Estado, a 90, 180, 270 y 360 días, usa para obtener recursos con los que financiar necesidades de caja en el corto plazo. “Si sumo todas las que se vencen son $798 millones, pero resulta que en el acuerdo de finales del año pasado se pagaron $307 millones en LETES con la emisión de eurobonos”, detalló José Andrés Oliva, economista del Departamento de Estudios Económicos de FUSADES.
“Antes de hacer el pago (los bancos residentes) tenían $514 millones, después de hacer el pago disminuyeron casi a $280 millones, en donde se han mantenido y no han comprado más”, añadió.
Los LETES representan 40 % de todos los gastos que el Estado debe de cubrir este año, y el pago de pensiones es 30 % –ya sea del antiguo sistema del ISSS y el INPEP– y por la amortización de los CIP (Certificados de Inversión Previsional).
“Es decir que las complicaciones financieras en ejercicios (fiscales) anteriores a través de LETES, nos complican este ejercicio fiscal. Las finanzas públicas tienen su mayor complicación por las pensiones hasta en un 30 %. Una reforma de pensiones si es buena y sostenible, podría mejorar el 30 %”, agregó el economista.
El parlamento salvadoreño tiene pendiente la aprobación de una reforma de pensiones. En el último año se han presentando, al menos, cinco proyectos de reforma por diferentes entidades
Según FUSADES, el Gobierno necesita $408.6 millones para terminar el año.
El Ministerio de Hacienda dijo la semana pasada que necesita $300 millones. Oliva considera que la diferencia es porque no se ha incluido el pago de $91 millones en capital e intereses a los ahorros de pensiones de los trabajadores por CIP emitidos en el pasado; una obligación programada para octubre próximo.
Este año, Hacienda ha cubierto parte de sus obligaciones con ingresos provenientes de autónomas como CEPA, recortes en el subsidio de electricidad, canje de deuda con el banco KfW, la incorporación de la contribución especial de grandes contribuyentes de 2016, montos recuperados con empresas como Pacific Rim y Enel Green Power y la venta de las acciones de los ingenios, entre otras fuentes.
Necesidad de ajuste
FUSADES insiste que es necesario lograr un ajuste fiscal para que la economía salvadoreña pueda estabilizarse y que logre un crecimiento a mediano plazo. De hecho, el año pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo una serie de recomendaciones para ajustar en 3 % el Producto Interno Bruto (PIB), que permitiría al Estado ingresar $750 millones más para su funcionamiento.
El menú de propuestas del FMI incluye un aumento de dos puntos en el IVA, de 13 % a 15 %, ahorros en la compra de bienes y servicios, adoptar el impuesto a la propiedad, simplificar impuestos engorrosos, focalizar subsidios, reducir el gasto salarial y eliminar exenciones fiscales.
Por su parte, la fundación hizo un estudio en el que mide los impactos que podría generar un ajuste del 1 % del PIB. Oliva sostuvo que de realizarse un ajuste de 1 %, el crecimiento del PIB caería en 0.48 % en el primer año.
Sin embargo, Oliva aseguró que los efectos positivos se verían en el mediano plazo, lo que permitiría que el PB se recupere 0.58 % en el segundo año y 0.17 % en el tercer año.
Además, el experto de FUSADES hizo una estimación en el tema de empleos. Dijo que de hacerse un ajuste de 1 % del PIB, y teniendo en cuenta que en el país hay 790,000 cotizantes, según datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), en el primer año se perderían 7,000 empleos, que significa un decrecimiento del -1.7 %.
Pero al igual que la tendencia del crecimiento económico, Oliva dijo que, en los siguientes años, la tasa de crecimiento de los cotizantes crecería en 0.18 % y 0.04 % respectivamente.
“No hay que temer al ajuste fiscal, por el contrario el beneficio es un crecimiento robusto y sólido en el mediano plazo”, insistió Oliva.
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