Lic. Jorge Alejandro Zelaya
Gold Service Legal and Business Advisors
El
Salvador, Central America.
La tercera vía en las
ideas como base de futuros proyectos.
En El Salvador, es
momento de reeditar ciertos conceptos, que se encuentran arraigados a teorías
de distintas ciencias o corrientes filosóficas, que dentro de la formación euro
centrista de nuestros sistemas de educación, de orígenes coloniales, parecen ligados únicamente a la utilización de estos
términos en áreas específicas del conocimiento; Uno de esos casos es el
concepto de tercera vía, que originariamente “Es el nombre que se ha dado a una variedad de aproximaciones teóricas
y propuestas políticas que, en
general, sugieren un sistema económico de economía
mixta, y el centrismo o reformismo como ideología”[i][1], profundizando en
el concepto debemos intentar extender sus contenidos y su posible
aplicación a otras áreas de conocimiento
o acción, en este caso, los proyectos.
Este mismo momento, puede ser un llamado a buscar orientar
nuestras ideas para futuros proyectos dentro de una tercera vía, en este caso
sería interesante el resultado de comenzar a pensar en ideas donde coexistan la propiedad privada del capitalismo y la propiedad
colectiva del socialismo , estas ideas pueden plantear nuevos
proyectos que desde su planeación tenga incorporado un beneficio tanto para el
desarrollo de terceros, entendiéndose en esta categoría al Estado, en sus
múltiples dimensiones, comunidades, organizaciones, grupos etc; Así como
también que ese beneficio recaiga en los privados involucrados, mejorando su
nivel adquisitivo, producción, comercialización, crecimiento y expansión de los
capitales involucrados para su realización.
Siendo los distintos
espacios académicos, las primeras células de formación, será decisiva la
promoción en la profundización de conceptos reales como democracia, igualdad,
oportunidad y conocimiento, que una vez arraigados en la conciencia de los
estudiantes, estos como profesionales propongan a las autoridades de Gobierno
ideas de dirigir los recursos en el tan necesitado desarrollo tecnológico y la
formación continua, con enfoque en una competencia regulada, tanto por las
leyes provenientes del Estado, como las provenientes de la moral y la cívica;
Por consiguiente, todo esto deberá estar orientado a pensar
en ideas que desde su génesis incluyan elementos que deriven en proyectos
integrales de desarrollo tanto económico, social y político, no solo de los
elementos del entorno, sino también del entorno mismo en su conjunto.
Es cierto que la complejidad que posee el pensar en proyectos
de base en tercera vía es notable, comparado con la simple dicotomía enraizada
entre el mercado libre en contra de la economía centralizada; esta guerra
ideológica, nos lleva a pensar que en la lactualidad, salen de las posiciones
del mercado, e impulsan a plantearnos,
que las necesidades de la realidad, van más allá de los dogmas de los modelos,
ideologías o metodologías, entendiendo que tanto los recursos, las personas y
las condiciones no son ni infinitos ni pueden ser completamente moldeables a
cualquier intensión, visión u objetivos, por lo que los cambios necesarios en
los enfoques de actuación pueden darse por aquellos que lo decidan.
En El Salvador, la idea ha tenido impacto, ya que en mayo del
2013 la Asamblea Legislativa emite la “Ley Especial de Asocio Publico Privado”[2], En cuyo
espíritu descansa en el deber del Estado, de promover el desarrollo Económico y
Social, que en este caso se espera que provenga de la promoción de la inversión
pública en forma conjunta entre el Gobierno y los inversionistas privados.
Pero ¿Qué es un Asocio Público-Privado? “Un APP es un
contrato entre una entidad pública y un privado, en el cual la parte privada
asume riesgos financieros, técnicos u operacionales sustanciales, en el diseño,
financiamiento, construcción y/o operación de un bien o servicio público,
conforme a ciertos estándares por un período limitado de tiempo, a cambio de
una compensación”.[3]
Basados en las
oportunidades que se abren con un cuerpo legal que respaldaría cualquier
actuación, no solo deberíamos fijar nuestra mirada en los grandes proyectos:
Aeropuertos, carreteras, puertos, etc. más bien esta ley puede respaldar
proyectos pequeños, cuyos recursos y con la ayuda del Estado, podrían llegar de
manera más inmediata a la población, haciendo una distribución focalizada
variando la gestión descentralizada de dichos proyectos.
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