San Salvador, una ciudad que no acostumbra reelegir a sus alcaldes
Napoleón
Duarte, Héctor Silva y Norman Quijano son los únicos munícipes
capitalinos, en los últimos 40 años, que ganaron durante dos periodos
consecutivos, pero no alcanzaron el cuarto.
Última actualización: 27 DE FEBRERO DE 2015 09:08 | por David Ernesto Pérez
José
Napoleón Duarte no pudo. Ni Héctor Silva. Tampoco Norman Quijano. En
más de cien años, no ha existido ni un solo alcalde de San Salvador que
haya sido capaz de ganar la reelección y mantenerse en el cargo más de
tres periodos consecutivos. En general, los capitalinos parecen no apostarle a los proyectos a largo plazo y buscan resultados más inmediatos.
Por el contraro, sí lo han
logrado Óscar Ortiz, que gobernó quince años Santa Tecla antes de ser
electo como vicepresidente, o Milagro Navas, que cumplirá 27 años de
presidir Antiguo Cuscatlán.
Duarte presidió la comuna desde
1964 hasta 1970 (en aquel tiempo, los periodos municipales eran de dos
años); le relevó Carlos Herrera Rebollo; luego, en periodos de uno hasta
dos años, siguieron José Antonio Morales Erlich, José Napoleón Gómez,
Julio Adolfo Rey Prendes, José Alejandro Duarte Durán, hasta llegar a
Armando Calderón Sol, que permaneció desde 1988 hasta abril de 1994,
pero dejó el cargo para buscar la presidencia de la República. Después
llegó Mario Valiente, que solo duró tres años porque en 1997 le ganó
Silva.
En los últimos 50 años los
periodos más largos los han ganado Duarte, Silva y Quijano, cada uno
gobernando seis años. ¿El que San Salvador no haya tenido a la misma
persona presidiéndolo por lo menos durante diez años consecutivos ha
impedido impulsar un proyecto de desarrollo?
La continuidad puede propiciar
el desarrollo, como ha pasado en Santa Tecla o Antiguo Cuscatlán,
gobernadas por los mismos alcaldes durante unos quince años pero por
distintos partidos.
Ortiz, por ejemplo, empezó a
gobernar en el año 2000. Catorce años más tarde la localidad es una de
las más desarrolladas de El Salvador. Similar es lo que ha hecho Navas.
Personas no, partidos sí
Los que sí han gobernado más
tiempo son los partidos. Después de la firma de los Acuerdos de Paz el
FMLN ha estado en el poder durante 12 años con Silva, Carlos Rivas
Zamora y Violeta Menjívar; ARENA, nueve con Calderón, Valiente y
Quijano; entre los años 60 y 80 el PDC logró permanecer más de quince
años consecutivos con Duarte, Herrera Rebollo, Rey Prendes y otros.
La primera vez que ARENA
administró la capital fue en 1988, cuando Calderón Sol venció en las
urnas a los entonces todopoderosos democristianos. Ese año, puede
decirse, empezaba el declive de los oficialistas que cuatro años antes
habían entregado las riendas del Órgano Ejecutivo a Alfredo Cristiani.
En abril de 1994 Calderón dejó
en la silla edilicia a Juan José Domenech. En las elecciones de ese año
el partido estaba fortalecido, controlaba las instituciones más
importantes del Estado y no tenía un rival capaz de derribarlo; los
pedecistas se hundían en la decadencia política, los efemelenistas
acababan de estrenarse en el sistema electoral después de doce años como
organización insurgente y el otrora poderoso Partido de Conciliación
Nacional (PCN) permanecía rezagado.
En la contienda, Valiente se
midió contra Schafick Hándal, del Frente; Vicente Coto, del Movimiento
de Unidad; Jorge Alfaro, de Solidaridad; Mauricio Meyer, del PCN;
Gustavo Eduardo Bernal, del Movimiento Auténtico Cristiano (MAC), y Luis
Domínguez Parada, de Convergencia Democrática (CD).
ARENA arrasó en las municipales
y legislativas y se consolidó como primera fuerza política luego que
Calderón Sol ganó el Ejecutivo, triunfó en 207 alcaldías y se llevó 39
escaños de la Asamblea.
Hándal se quejaba, en un
artículo publicado el 20 de marzo, que el éxito arenero descansaba en
los mensajes propagandísticos que habían divulgado desde finales de los
años 80. “Hicieron una campaña negativa enfatizando en hechos de la
guerra y colocándonos a nosotros como los terroristas, los agresivos, la
gente a la que hay que tenerle miedo”, decía.
La efímera era Valiente
Valiente retuvo la Alcaldía
solo durante tres años. En ese periodo el péndulo se movió más rápido:
el FMLN se organizó mejor en los municipios, los pedecistas casi
terminan de desaparecer del mapa político y los pecenistas se afianzaron
como tercera fuerza política.
En 1997 lucharon por la
alcaldía: Valiente, Silva, Herman Schlageten Charlaix, de Renovación;
Eddie González, del PCN; y Wilfredo Jovel, del PDC.
El candidato arenero ofrecía
continuar construyendo obras de infraestructura, dos nuevos mercados, un
parque subterráneo en la Plaza Las Américas “sin dañar el monumento al
Salvador del Mundo” y el programa “El Salvador, un país de
propietarios”; Silva, recuperar el Centro Histórico, proteger cerros y
colinas para preservar los mantos acuíferos, el reordenamiento de las
calles e impulsar políticas de respeto a los derechos de las mujeres;
Schlageten, publicación trimestral de los ingresos de la Alcaldía;
González, el rescate turístico; y Jovel, modernizar los servicios
públicos.
Arropado en las banderas
efemelenista, Movimiento de Unidad y de Convergencia, Silva ganó. Pero,
paralelo a esa victoria, el FMLN obtuvo 27 escaños y 48 alcaldías más.
La dirigencia arenera culpó a los militantes “que no salieron a votar”
del revés sufrido en las urnas.
“Dejemos a este pueblo ingrato
que pruebe el ácido de otro gobierno”, dijo Valiente en la noche de la
derrota, mientras la entonces presidenta arenera Gloria Salguero Gross
atribuía la derrota al “exceso de confianza de los militantes que no
salieron a votar”.
Silva versus Cardenal
En su primer periodo como
alcalde, Silva trabajó con concejales como Héctor Dada Hirezi, Carlos
Rivas Zamora, Facundo Guardado, Francisco Altschul, Andrés Espinoza y
otros. Y así pasaron los tres años hasta que nuevamente se llegó la hora
de las elecciones.
El alcalde corrió por la
reelección y ARENA llevó como candidato a Luis Cardenal; el PCN a Marta
Lilian Castro; Ricardo Martínez Saca, del PDC; y Rafael Montalvo, del
PAN.
Previo al día de las votaciones se celebró el primer debate municipal después de la firma de los
Acuerdos de Paz protagonizado
por Silva y Cardenal y organizado por TCS. Tres días más tarde hizo el
propio el Canal 12, que moderó el entonces entrevistador Mauricio Funes.
En las elecciones del año 2000
–que costaron unos 70 millones de colones- Silva ganó la reelección. Y
el Frente se convirtió, con 31 diputados ante 29 de ARENA, en la primera
fuerza política del país.
Cardenal, la noche de la
derrota, aseguraba que él no había perdido sino “los habitantes de San
Salvador” y criticó a su adversario que “se montó en nuestras ideas e
hizo un panfleto que no se compara con nuestro plan de trabajo”.
Hola Zamora, adiós Zamora
En 2002 los sindicatos de salud
y el gobierno de Francisco Flores estaban enfrentados a muerte. Los
primeros aseguraban que el segundo estaba empecinado en privatizar los
hospitales y unidades de salud del sector público. Durante varios meses
hubo huelgas y paros laborales que metieron en una vorágine negativa
electoralmente al entonces partido oficial pero que beneficiaba al
FMLN.
Un año más tarde las elecciones
iban a estar nuevamente en la agenda pero Silva cometió un error
político: se ofreció como mediador entre el gobierno y los sindicatos.
La huelga se acabó pero la dirigencia del Frente lo eliminó de su lista
de candidatos a la reelección. Y su lugar lo ocupó Carlos Rivas Zamora,
que se enfrentó a la arenera Evelyn Jacir de Lovo.
En el ajedrez capitalino
también aparecieron Ricardo Perdomo –funcionario de la presidencia de
Mauricio Funes en 2009-, de la coalición PDC-MR; Ana María Afane, del
PPR; Alejandro Mixco, de Fuerza Cristiana, y María Julia Castillo, del
PCN.
En el calor de la campaña los
dos principales candidatos se endilgaban calificativos como este que
dijo Rivas Zamora a propósito de la reaparición de los expresidentes
areneros para apoyar a de Lovo: “La desesperación es tanta que los han
sacado de la tumba”. Y ella respondía: “En el FMLN solo hay momias
recalcitrantes” mientras comparaba al partido con la historia bíblica de
la mujer de Lot que cuando huía miró hacia atrás y quedó convertida en
una estatua de sal. “Eso les pasará por quedase en el pasado”.
El sustituto de Silva se proclamó ganador cerca de las 11 de la noche.
Zamora quiso reelegirse en 2006
pero con otra bandera. Un año antes había sido expulsado por cuestionar
cómo había sido elegida como candidata a alcaldesa capitalina Violeta
Menjívar.
Menjívar y la era Quijano
La candidata remó a
contracorriente. El FMLN se había desgastado después de tres periodos
consecutivos liderando la Alcaldía mientras los pleitos entre
renovadores y ortodoxos terminaban de llevarlo a la implosión. La
muestra quedó en las urnas: ganó por apenas 44 votos a Rodrigo Samayoa,
de ARENA.
Tres años más tarde Norman
Quijano llevó el oxígeno que necesitaba su partido y ganó la
municipalidad. En 2012 se repitió y venció con amplia ventaja y
solvencia a Schafick Hándal hijo. Dos años después se lanzó a la
candidatura presidencial, pero triunfó su adversario Salvador Sánchez
Cerén.
Quijano anunció que iba a
buscar su tercer periodo como alcalde pero la dirigencia arenera lo
sustituyó por Edwin Zamora, que se enfrenta este domingo a Nayib Bukele
como principal.
Con esta historial, parece
quedar claro que los capitalinos no le apuestan a los proyectos a largo
plazo y prefieren los periodos cortos y las administraciones que den
resultado.
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