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sábado, 18 de abril de 2015

El Análisis Financiero

El análisis financiero es el estudio que se hace de la información contable, mediante la utilización de indicadores y razones financieras.
La contabilidad representa y refleja la realidad económica y financiera de la empresa, de modo que es necesario interpretar y analizar esa información para poder entender a profundidad el origen y comportamiento de los recursos de la empresa.
La información contable o financiera de poco nos sirve si no la interpretamos, si no la comprendemos, y allí es donde surge la necesidad del análisis financiero.
Cada componente de un estado financiero tiene un significado y en efecto dentro de la estructura contable y financiera de la empresa, efecto que se debe identificar y de ser posible, cuantificar.
Conocer el porqué la empresa está en la situación que se encuentra, sea buena o mala, es importante para así mismo poder proyectar soluciones o alternativas para enfrentar los problemas surgidos, o para idear estrategias encaminadas a aprovechar los aspectos positivos.

Sin el análisis financiero no es posible haces un diagnóstico del actual de la empresa, y sin ello no habrá pautar para señalar un derrotero a seguir en el futuro.
Muchos de los problemas de la empresa se pueden anticipar interpretando la información contable, pues esta refleja cada síntoma negativo o positivo que vaya presentando la empresa en la medida en que se van sucediendo los hechos económicos.

Existe un gran número de indicadores y razones financieras que permiten realizar un completo y exhaustivo análisis de una empresa.
Muchos de estos indicadores no son de mayor utilidad aplicados de forma individual o aislada, por lo que es preciso recurrir a varios de ellos con el fin de hacer un estudio completo que cubra todos los aspectos y elementos que conforman la realidad financiera de toda empresa.
El análisis financiero es el que permite que la contabilidad sea útil a la hora de tomar las decisiones, puesto que la contabilidad si no es leía simplemente no dice nada y menos para un directivo que poco conoce de contabilidad, luego el análisis financiero es imprescindible para que la contabilidad cumpla con el objetivo más importante para la que fue ideada que cual fue el de servir de base para la toma de decisiones.
El objetivo del análisis financiero es servir de herramienta para generar mayor rentabilidad del capital de la empresa, evalúa las repercusiones financieras, coordina aportes financieros, evalúa la efectividad de la administración financiera de un proyecto, evalúa incentivos locales para determinar la conveniencia de asumir un cambio en la empresa con relación al ingreso incremental que deja el mismo.
Su estructura básica se divide en 4 ítems:
Preparar las cuentas: la información básica para hacer el análisis económico financiero de una empresa son los estados financieros, para llegar al final del análisis no basta con esta información sino que muchas veces se requiere información externa de la empresa. Preparar cuentas es simplificarlas en cifras fundamentales que son necesarias para estudiar la situación de la empresa, liquidez, rentabilidad y riesgo.
Efectuar un análisis patrimonial: aquí se estudia el patrimonio de la empresa, desde el punto de vista del activo (estructura económica) como desde el punto de vista de su financiación (estructura financiera).  Lo que se estudia tanto en la estructura económica y financiera son dos cosas: la composición de la empresa; qué peso tiene cada partida del activo sobre el total y qué peso tiene cada partida del pasivo sobre el total. También debe observarse su evolución, cómo ha ido cambiando a lo largo de varios años la estructura patrimonial.
Realizar el análisis de pasivos: Cuando se dice análisis de pasivos dentro del contexto de análisis financiero, nos referimos a la capacidad de la empresa para devolver sus deudas, tanto a corto, como a largo plazo.
Hacer el análisis económico: La razón de ser de la empresa es la obtención de beneficios, la empresa existe para generar rentabilidad que implique creación de valor para el accionista, el análisis económico es el estudio de si la empresa está obteniendo una rentabilidad suficiente.

El Balanced Scorecard es un elemento muy importante  que le permite a las empresas  trabajar de una forma muy estratégica y organizada que traduce  la misión de una organización en un conjunto de medidas de actuación la cual proporcionan una estructura para el sistema de gestión y medición  a través de las cuatro perspectivas expuestas por Robert S. Kaplan y David P. Norton,  como lo son:   La perspectiva financiera, perspectiva  del cliente, perspectiva del proceso interno y la perspectiva de aprendizaje y crecimiento o talento humano.
Las empresas que ya han implementando la planeación estratégica con el Balance Scorecard el cual efectúa un análisis integral de la organización han evidenciado la relevancia que ha tenido en sus organizaciones. Pero en esta ocasión se va a insistir  en la importancia de la perspectiva financiera  y el apoyo tan primordial para la gerencia  el cual va muy acorde  con la gestión de recursos económicos.
Controlar y coordinar los recursos  financieros  es de vital importancia para cualquier organización,  pero si no se cuenta con la información financiera no se podrían tomar  decisiones adecuadas para el desarrollo de una empresa, en cuanto a tiempo, cantidad,  nivel de gastos, nivel de endeudamiento, ingresos,  cartera, desarrollo de determinado proyecto, etc.
La gestión financiera está dirigida hacia la utilización eficiente del recurso económico de una organización, por lo tanto es transcendental analizar estos recursos mediante la rentabilidad y la liquidez. Lo importante es saber administrar los recursos financieros y aumentar el valor de la organización.
La gestión financiera también brinda un material de apoyo muy importante como lo es el presupuesto, el cual  admite implementar la proyección de metas para  determinado periodo.  Esta  herramienta de control además facilita la realización de seguimiento a las metas que una entidad se ha fijado; por ejemplo  si se tiene un presupuesto para el periodo de un año se puede acceder a la información mensualmente para analizar y así evaluar si los objetivos se están cumpliendo o no, lo cual puede conllevar  a tomar correcciones y así periódicamente se va controlando los resultados para el cumplimiento de los objetivos al término  del periodo inicialmente pactado.
Es por esto que el apoyo financiero es uno de los elementos más importantes que sirve para dar interpretación de los objetivos obtenidos con la recopilación en una forma resumida en datos numéricos el desarrollo económico de una empresa y es así como la gerencia analiza el progreso, el avance, el  retroceso o el desmejoramiento de la empresa.
Para algunos empresarios aún existe la mentalidad que la parte financiera es solo un gasto más para la empresa, algo innecesario  el cual simplemente se tiene por el hecho de cumplir con algunas entidades estatales.


martes, 5 de abril de 2011

Introduccion a la Economia.


Introduccion a la Economia.
Relacion de la Economia Con Otras Ciencias
Principales Divisiones de La Economia










miércoles, 30 de marzo de 2011

Conceptos basicos de Economia


Actividad Económica: Actividades que tienden a incrementar la capacidad productiva de bienes y servicios de una economía, para satisfacer las necesidades humanas en un período de tiempo (Términos Económicos de Uso Habitual. Ed. Universitaria).
Actividad Productiva: Proceso mediante el cual la actividad humana transforma insumos tales como materias primas, recursos naturales y otros, con el fin de proporcionar aquellos bienes y servicios requeridos para vivir. En un sentido restringido, la expresión se refiere a las actividades industriales y extractivas (entre estas últimas, fundamentalmente la agricultura, la minería, la silvicultura y la pesca). En un sentido más amplio, abarca todas las actividades que contribuyen al producto nacional, incluyendo actividades comerciales, financieras, de servicios y otras (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Agente Económico: Unidad básica donde se generan y toman decisiones con respecto a la actividad económica. Un agente puede ser una persona, una empresa o cualquier organización que realice actividades económicas. Los agentes económicos típicos mencionados en la teoría económica son las personas o familias, en su papel de consumidores de bienes y servicios y como oferentes de mano de obra; las empresas como demandantes de trabajo y oferentes de bienes o servicios; y por último, el Estado (Términos Económicos de Uso Habitual. Ed. Universitaria).
Asignación de recursos: Dado que los recursos económicos disponibles en cualquier sociedad son escasos en relación a las múltiples necesidades que se deben satisfacer con ellos, es necesario determinar en qué cantidades y a qué usos se van a destinar los distintos factores productivos. La asignación de recursos consiste en resolver qué empleo se les dará a los distintos factores de la producción y qué cantidades de ellos se utilizarán en las distintas actividades (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Bien: Este concepto, de acuerdo a la Ciencia Económica, es muy amplio. En términos teóricos se refiere a cualquier cosa, tangible o intangible, que satisfaga alguna necesidad o que contribuya al bienestar de los individuos. En otras palabras, es todo aquello que reporta alguna utilidad o satisfacción al individuo (Términos Económicos de Uso Habitual. Ed. Universitaria).
Capital: En teoría económica, es uno de los factores de la producción y comprende el conjunto de bienes materiales que, habiendo sido creados por las personas, son utilizados para producir otros bienes o servicios. Dos características importantes del capital son que su creación involucra un costo, porque es necesario utilizar recursos que podrían destinarse al consumo; y que su aplicación al proceso de producción incrementa la productividad de los otros factores productivos, tales como el trabajo y la tierra (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Capitalismo: Sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción. Las decisiones son tomadas descentralizadamente por los agentes económicos. La asignación de los recursos productivos se realiza libremente, a través de la operación de un mercado libre en que los precios responden a las fuerzas de oferta y demanda (Términos Económicos de Uso Habitual. Ed. Universitaria).
Capital humano: Conjunto de conocimientos, entrenamiento y habilidades poseídos por las personas, que las capacita para realizar labores productivas con distintos grados de complejidad y especialización. Al igual que la creación del capital físico, la acumulación de capital humano requiere de un período de tiempo para que las personas puedan adquirir ciertas destrezas, permitiéndoles incrementar sus ingresos. La inversión de capital humano se realiza a través de los gastos en educación, especialización laboral, nutrición y salud (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Demanda: Cantidad máxima de un bien o servicio que un individuo o grupo de personas está dispuesto a adquirir a un determinado precio. Refleja la voluntad y capacidad económica de adquirir un determinado bien por parte de todas las personas que manifiestan una necesidad capaz de ser satisfecha por el consumo del bien referido (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Distribución: Forma en que se reparte el ingreso nacional o la riqueza de una sociedad entre los factores de la producción o entre las personas (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Distribución del ingreso: Manera en que se reparte el ingreso total de una sociedad. Cuando el reparto tiene lugar entre los factores de la producción, se habla de distribución funcional del ingreso y adopta la forma de beneficios, rentas, intereses y salarios (Términos Económicos de Uso Habitual. Ed. Universitaria).
Empresa: En economía, agente económico o unidad autónoma de control y decisión, que al utilizar insumos o factores productivos los transforma en bienes y servicios o en otros insumos. No se trata de una entidad legal, sino de una organización que tiene objetivos definidos, como el lucro, el bien común o la beneficencia, y para cuya consecución utiliza factores productivos, produciendo bienes y servicios (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Escasez: Surge de la interrelación entre las necesidades humanas y los recursos disponibles para satisfacerlas. Si las necesidades del ser humano por consumir bienes y servicios exceden la cantidad que la economía puede producir con los recursos disponibles, quedan siempre algunas necesidades insatisfechas. Se puede considerar las necesidades humanas como infinitas; en cambio, los recursos existentes para satisfacerlas son limitados, hecho que genera la situación de escasez. Así, la escasez no es un atributo de un bien o recurso en particular, sino que es reflejo de una situación: la interrelación entre necesidades y recursos (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Factor productivo: Es todo recurso requerido para producir bienes y servicios. Los factores productivos se clasifican en varias categorías amplias, a saber: tierra, trabajo, capital y tecnología. A veces se considera como otro factor productivo la capacidad empresarial (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Ingreso nacional: Suma de los ingresos percibidos por los factores productivos de los residentes de un país, en un período de tiempo.. Todos los ingresos, tales como salarios, intereses, utilidades no distribuidas de las empresas, etc., están incluidos en el ingreso nacional. Se incluyen también los intereses y dividendos de inversiones en el extranjero de propiedad de residentes, y se excluyen los ingresos pagados a factores que, estando en el país, son propiedad de extranjeros. También se excluyen todos los pagos de transferencias, tales como pensiones de vejez, subsidios de cesantía y de seguridad social, asignaciones familiares, etc. El Ingreso Nacional es igual al valor de todos los bienes y servicios producidos en el país; es decir, es equivalente al Producto Nacional (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Intercambio: Transferencia de un bien o servicio a cambio de otro bien o servicio, o a cambio de dinero. Cuando se transan solamente bienes entre sí se denomina trueque. El intercambio por medio de dinero tiene lugar en forma masiva solamente en las economías modernas, en las cuales la división del trabajo se ha hecho extensiva a todas las actividades y existen medios de cambio de uso generalizado. La especialización hace que las personas produzcan mucho de uno o algunos bienes, siendo necesario que los excedentes de producción sean cambiados por dinero para poder adquirir los otros productos que necesitan para vivir (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Macroeconomía: La Macroeconomía es la disciplina que estudia el crecimiento y las fluctuaciones de la economía de un país desde una amplia perspectiva, sin considerar demasiados detalles sobre un sector o negocio en particular. Sin embargo, su análisis resulta fundamental para el desempeño de las empresas y para la toma de decisión de los individuos (Larraín, Felipe (2004). Macroeconomía en la práctica).
Mercado: Conjunto de transacciones que se realizan entre los compradores y vendedores de un bien o servicio; vale decir, es el punto de encuentro entre los agentes económicos que actúan como oferentes y demandantes de bienes y servicios. El mercado no necesariamente debe tener una localización geográfica determinada; para que exista es suficiente que oferentes y demandantes puedan ponerse en contacto, aunque estén en lugares físicos distantes. Por lo tanto, el mercado se define en relación a las fuerzas de la oferta y la demanda, constituyéndose en el mecanismo básico de asignación de recursos de las economías capitalistas (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Necesidad: Todo aquello que requiere o desea una persona para la conservación de la vida y cuya provisión causa satisfacción. Las necesidades del ser humano son ilimitadas, pues surgen permanentemente a medida que progresa la vida social y material de la sociedad (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Oferta: Cantidad máxima de bienes o servicios que un productor está dispuesto a vender en el mercado a un precio dado. Cuanto mayor sea el precio del mercado, mayor será la cantidad ofrecida de bienes y servicios (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Producto Interno (o Geográfico) Bruto: Medida del flujo total de bienes y servicios producidos dentro del territorio nacional por residentes o no residentes, durante un período determinado de tiempo (generalmente un año). Todos los bienes y servicios se valoran a los precios de mercado, por lo que el Producto Interno (o Geográfico) Bruto es una medida del esfuerzo económico realizado en todo el territorio nacional, siendo igual al consumo de las personas, el gobierno, la inversión geográfica bruta y las exportaciones netas de bienes y servicios del país (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Pobreza: “Las cifras sobre pobreza se estiman aplicando el método del ingreso. Éste considera indigente a la población cuyo ingreso per cápita es inferior al costo de una canasta básica de alimentos que permite satisfacer los requerimientos nutricionales derivados de las recomendaciones internacionales. Se consideran pobres urbanos a quienes viven con un ingreso per cápita de dos veces el valor de la canasta básica de alimentos. En las zonas rurales la línea de pobreza equivale a 1,75 veces el valor de la canasta básica de alimentos.” (Fuente: La pobreza en Chile. Un desafío de equidad e integración social, Informe del Consejo Nacional para la Superación de la Pobreza).
Política económica: Conjunto de medidas que aplica la autoridad económica de un país tendiente a alcanzar ciertos objetivos o a modificar ciertas situaciones, a través de manejos de algunas variables llamadas instrumentos. La definición de la política económica impone a la autoridad la doble tarea de seleccionar y jerarquizar las metas u objetivos y asignar a ellos los instrumentos que permitirán alcanzarlos. Los objetivos de la política económica son conseguir el pleno uso de los recursos, obtener una alta tasa de crecimiento de la economía, mantener un nivel de precios estable, propender al equilibrio externo y lograr una distribución justa del ingreso (Términos Económicos de Uso Habitual. Ed. Universitaria).
Precio: En su acepción económica, representa la relación de intercambio de un bien por otro. En otras palabras, es la medida del valor de cambio de los bienes y servicios (Términos Económicos de Uso Habitual. Ed. Universitaria).
Riqueza: La riqueza económica de una nación está constituida por la reserva total de bienes, servicios, factores productivos y recursos naturales. Vale decir, la riqueza incluye la reserva de casas, maquinarias, caminos, escuelas, tecnología, educación, yacimientos mineros, etc. La riqueza de un individuo es su reserva total de posesiones tangibles e intangibles con un valor de mercado. Ello implica que dicha reserva debe ser intercambiable por dinero o por otros bienes (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).
Trabajo: Factor productivo que consiste en el esfuerzo humano aplicado a la producción de la riqueza. Es el factor productivo básico, pues sin él no es posible subsistir ni satisfacer las necesidades humanas. El trabajo humano describe el conjunto de servicios productivos representados por el esfuerzo físico, las aptitudes y la habilidad intelectual y artística de las personas. Por ello el trabajo es un concepto genérico, que engloba aptitudes y esfuerzos de muy diversa índole. La remuneración de este factor es el salario, el cual se determina en el mercado de trabajo (César Sepúlveda L. Definición adaptada del Diccionario de Términos Económicos).

lunes, 28 de marzo de 2011

Que es el Marxismo?

Aunque se hable de marxismo para referirse a las doctrinas de Marx, no puede olvidarse que el propio Marx declaró en una ocasión no ser marxista, lo cual significaba la negativa a que su pensamiento fuera considerado dogma y se le encerrara en estrecheces escolásticas. Además, en las diversas fases de su evolución intelectual mantuvo la necesidad de atenerse a las situaciones concretas contra la tentación de forjar puras abstracciones intemporales.
No sólo entre marxistas y no-marxistas, sino entre los mismos marxistas, se discute bajo cuál de estos significados puede ser considerado más propiamente el marxismo. Todos los marxistas se basan, evidentemente, en las teorías de Marx, pero el hecho de que se vean obligados a reivindicar en cada caso la comprensión correcta y la interpretación adecuada de las doctrinas del Marx original demuestra el escaso compromiso dogmático de éste. De ahí que haya que distinguir entre el marxismo en sus diferentes expresiones y variantes (marxismo) y la doctrina misma de Marx (marxiana), aunque el significado de "marxismo" no pueda menos de estar relacionado con la producción teórica y la acción práctico-política de Carlos Marx.
El problema es que la obra de Marx ha sido entendida de modo diverso según se haya visto en ella una concepción del mundo, una filosofía, una antropología filosófica, una ciencia, específicamente una sociología, un modo de explicar y cambiar la historia, una serie de normas para la acción política que deben variarse de acuerdo con las circunstancias históricas, una ideología, etc. Esta diversidad de visiones hacen difícil justificar la opción unilateral por una de las alternativas indicadas.
El problema se complica más todavía cuando se tiene en cuenta que a lo largo de su vida se fueron dando cambios en los propios intereses intelectuales de Marx que plantean la cuestión de la continuidad y discontinuidad de su propio pensamiento. Para algunos intérpretes, en los comienzos de su producción intelectual, Marx trabajaría dentro de cauces considerados como filosóficos, pero sus intereses específicamente filosóficos irían disminuyendo, o atenuándose, en beneficio de sus intereses sociológicos, políticos y económicos, que culminarían en el Marx maduro con la construcción de una ciencia (Althusser).

Marx y Engels
La oposición entre un Marx maduro y un Marx joven ha dividido a los intérpretes; unos destacan la importancia del Marx humanista frente al Marx economista y sociólogo, y otros lo contrario. Algunos, en cambio, han subrayado la continuidad del pensamiento de Marx, que parece haberse demostrado con el eslabón perdido de los Grundrisse de 1857-1858. No obstante, aun admitidas las diferencias entre los dos Marx, se constata la actitud constante de Marx en su firme convicción socialista y comunista. En la medida en que Marx trató de dar una explicación de los cambios sociales, su pensamiento sería de carácter sociológico. El problema es entonces saber si la sociología de Marx equivale o no a una ciencia social objetiva. Quienes admiten este carácter subrayan el aspecto científico del marxismo. Sin embargo quienes lo niegan (Lukacs) destacan el carácter fundamentalmente "partidista" del marxismo, interpretándolo no como una sociología científica, sino como la filosofía social de la clase trabajadora y, por tanto, como su ideología propia, desenmascaradora de todas las demás ideologías.
El marxismo como filosofía
En sentido filosófico el marxismo puede entenderse como una crítica de la filosofía idealista (Hegel) y del materialismo mecanicista (Feuerbach). La crítica de Marx a la filosofía, que se realiza de modo especial en La ideología alemana, aunque lo esencial ya lo había escrito Marx en la Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, tuvo como principal interlocutor a Hegel, ya que Hegel significaba la expresión más madura y modélica de lo que la filosofía era como "interpretación" de la realidad, conteniendo al mismo tiempo los gérmenes para una transformación de la filosofía, y porque en Hegel tenía lugar la consumación teórica e ideológica del mundo cristiano-burgués.
El derrumbamiento del sistema hegeliano vendría a significar el derrumbamiento de la concepción cristiano-burguesa del mundo. Entendiendo por filosofía lo que la "conciencia filosófica anterior" entendió por filosofía, el marxismo lleva a cabo una dura crítica de la "filosofía como filosofía" proclamando su desaparición tras su superación. "La filosofía como filosofía" es conceptuada como una ideología cuya necesidad ha sido histórica, pero que de eliminarse su fundamento real, "la miseria social", ya no será necesaria.
A pesar de todo, el marxismo puede ser considerado en Marx como una filosofía en sentido tradicional, en cuanto que su crítica contenía los gérmenes de una ontología y de una concepción del mundo que se proponía llevar a cabo una clarificación racional de la conciencia, encerraba una cultura y dilucidaba el lugar que debe ocupar el hombre en el mundo.
El marxismo como ciencia
En sentido económico-sociológico, el marxismo pretende ser una teoría de la realidad social, más en concreto de la sociedad burguesa capitalista, una crítica y alternativa a la economía política inglesa (Ricardo, Quesnay, Adam Smith), una "macrosociología" y una ciencia de la historia. La atención prestada a la explicación de la génesis, descripción de la estructura y crítica de la sociedad capitalista, y la predicción del derrumbamiento de esta sociedad, víctima de sus crisis internas y de la fuerza revolucionaria del proletariado, parecen hacer de Marx fundamentalmente un economista y un sociólogo.
La aportación fundamental de Marx a la economía política se encuentra en su obra El capital. Marx demostró el carácter histórico de los modos de producción y de las leyes que rigen su funcionamiento rompiendo con la concepción ahistórica de los economistas clásicos y de sus leyes económicas.
La complejidad de la doctrina económica de Marx puede resumirse en seis rasgos primordiales: 1º) La idea de que los productos lanzados al mercado tienen un precio. 2º) La idea de que para obtener esos productos se usa el trabajo de los asalariados, trabajo al que se da asimismo precio, convirtiéndose en mercancía. 3º) La idea de que lo producido por el asalariado tiene un valor superior al salario recibido por el trabajador, y ello aun descontando los costos de producción, distribución, etc. Este plus en cuestión es la plusvalía, que es arrebatada al trabajador por el capitalista. 4º) La idea de que tanto el progreso técnico como las necesidades de competencia obligan a los capitalistas a formar grandes monopolios, destruyendo este modo las empresas pequeñas y la clase social (pequeña burguesía) poseedora de estas empresas. 5º) La idea de que hay crisis inevitables en el mercado capitalista (crisis de superproducción, por ejemplo) y que estas crisis producen conflictos (incluyendo guerras) en el curso de los cuales el capitalismo se autodestruye. 6º) La idea de que la cantidad de proletarios y desposeídos aumenta a medida que la cantidad de capitalistas y opresores disminuye.
Una interpretación cientificista de Marx ha visto en su doctrina una teoría puramente científica (económica, histórica y sociológica). Convencidos de que Marx, en el curso de su labor investigadora, evolucionó desde la filosofía hasta la ciencia, los defensores de esta interpretación sólo conceden a la obra de juventud de Marx un interés puramente histórico y concentran toda su atención en sus realizaciones de madurez, sobre todo en El capital. Esta interpretación del marxismo fue hecha ya a finales del siglo XIX por los teóricos principales del llamado "marxismo ortodoxo" (Kautsky, Plechanov, Hilferding) al presentar un marxismo, "en indicativo", como una ciencia objetiva no interesada en ningún juicio de valor. Dentro del movimiento comunista, esta interpretación "cientificista" del marxismo hizo sentir su influencia en la versión que le dio la escuela mecanicista, por lo menos hasta 1929.
Pero fue Lous Althusser quien, especialmente en su obra La revolución teórica de Marx, se acercó a la visión "cientificista", aunque no se identificara con ella. Althusser estableció una oposición entre la obra de juventud de Marx y su obra de madurez: entre ambas existiría una "ruptura epistemológica", concepto que Althusser tomó de Bachelard, entendido como el paso de una problemática precientífica, mezclada todavía con ideología, a una problemática auténticamente científica.
El paso de la ideología a la ciencia no significaría, sin embargo, una negación de la filosofía. Cuando en 1845 Marx rompió con el discurso ideológico de su juventud, había fundado ya, dice Althusser, una ciencia nueva: el materialismo histórico; pero, a la vez, una filosofía: el materialismo dialéctico; y esto en un solo movimiento. El objeto del materialismo histórico era la sociedad; el objeto del materialismo dialéctico era el conocimiento científico. El capital, que fue la obra más significativa de Marx, tiene a la vez un significado científico y un significado filosófico. Por un lado, fundamenta la ciencia de la economía, es decir, la ciencia de un determinado sector de la sociedad, y por otro, presenta una nueva concepción del conocimiento.

Monumento a Marx en Chemnitz, Alemania
Es aquí donde radicaría para Althusser el más genuino sentido de la filosofía de Marx, que se encontraría en el polo opuesto del humanismo y del historicismo, que dominaban su obra de juventud. Althusser, al sostener la existencia de una ruptura epistemológica entre el primer Marx filósofo y el segundo Marx científico, ha destacado el carácter estructuralista de este pensamiento como explicación de las estructuras fundamentales de la sociedad humana. El descubrimiento de estas estructuras haría posible comprender las estructuras superficiales y más visibles no sólo en una determinada fase de la historia, sino en toda la historia humana.
No obstante, hay que reconocer, con Ferrater Mora, que aunque pueda haber diferencias entre los "dos Marx", los intereses del Marx maduro de la Crítica de la economía política y de El capital no parecen ajenos a los del joven Marx, especialmente el de Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, cuando menos en la medida en que en éste se desarrolla también un esfuerzo por comprender la alienación real que caracteriza el trabajo desde el momento en que cesa de funcionar el comunismo primitivo. Además, la estrecha relación entre teoría y práctica y la decidida negación de un abismo entre hechos y valores constituyen supuestos que parecen constantes en todas las fases del pensamiento de Marx.
El marxismo como praxis revolucionaria
En sentido político, el marxismo significa una crítica a la acción política del socialismo utópico francés (Fourier y Proudhon, Saint-Simon, etc.) y una praxis revolucionaria (socialismo científico) encaminada a la transformación de la realidad y de la estructura económico social. En realidad, éste es el gran objetivo que persigue toda la formulación teórica del marxismo desde los primeros hasta los últimos escritos: "los filósofos se han limitado a interpretar variamente el mundo; pero lo que importa es transformarlo", escribió Marx. La teoría marxista, por tanto, logra su suprema concreción allí donde se proyecta en una acción histórica. La praxis revolucionaria, concebida desde un principio como un doloroso proceso de aprendizaje, debía estar abierta a una revisión permanente y a una concreción renovada.
El marxismo, como la teoría de una praxis que se ha articulado a partir de la problemática de la sociedad burguesa moderna y de su civilización industrial, aparece como un intento, sobre todo práctico, por resolver esa problemática de un modo reflexivo y teórico en una determinada dirección. El interés práctico, que en el ámbito teórico actúa como conductor del conocimiento, se expresa en el problema de cómo es posible liberar la creciente productividad del trabajo industrial de las cadenas y de los efectos destructivos que de suyo tiene en su forma de organización capitalista.
El movimiento práctico, mediante el cual se realiza este interés, está concebido en el marxismo como un proceso de autodefensa y autoliberación de aquellos que sufren los efectos negativos de la sociedad burguesa, como emancipación de las clases trabajadoras de las clases poseedoras. Las clases trabajadoras están resumidas bajo el nombre de "proletariado", y el sector que determina el carácter de este movimiento es la mano de obra industrial. El objetivo de este movimiento es la apropiación de los medios de producción modernos por los productores inmediatos. La expropiación de los medios de producción es un momento esencial de esta apropiación, que conduce a una sociedad sin clases en la medida en que se convierta en una apropiación universal, es decir, en la medida en que suprima las limitaciones de la división actual del trabajo y distribuya a cada individuo una cantidad de fuerza de producción.

Marx en Londres (1875)
Esta orientación marcadamente práctica del marxismo es la que estaría presente en las interpretaciones de Karl Vorlander, quien sostiene la idea de que el socialismo no puede desligarse de exigencias. Pone de relieve la inspiración de carácter ético de toda la obra de Marx, obvia en los escritos de juventud, pero también presente en El capital. La misma tesis fue defendida por Maximilien Rubel en su obra Karl Marx. Essai de biographie intellectuelle (1957). Según esto, en la obra de Marx no habría ningún paso de un punto de vista ideológico a una posición científica, sino que, más bien, toda ella se encontraría marcada por la dualidad entre una ciencia objetiva y una ética revolucionaria. "Como método objetivo de investigación, el materialismo histórico se ocupa esencialmente del análisis de los hechos históricos, cuya conexión establece ajustándose rigurosamente a un tipo de precisión de carácter científico; como doctrina ética trata de formular los principios que tienen que dirigir la actividad de la clase proletaria para conseguir la liberación y para organizar una sociedad completamente humana".
El significado más apropiado, por tanto, para designar de un modo general lo "marxiano" sería considerar la teoría y la práctica de Marx como un humanismo real, revolucionario y militante, como teoría de una praxis de la emancipación humana dentro de una civilización industrial internacional convertida en una unidad. El marxismo, en cambio, no habría sido creación del propio Marx, es decir, no representaría la suma de las opiniones de Marx, sino el complejo producto histórico de las interpretaciones de las teorías de Marx. Como filosofía universal de base materialista, comenzó donde Marx terminó, es decir, creando un sistema cerrado en sí mismo, de intuiciones filosóficas, económicas y sociopolíticas.

Que Contiene "El Capital de Marx"

Unánimemente considerada como la obra esencial de Karl Marx, El capital es un magno tratado en tres volúmenes. El primero se publicó en Hamburgo en 1867; el segundo y el tercero fueron publicados por Engels después de la muerte del autor, respectivamente en 1885 y en 1894.
Por lo común es conocido sólo el primer volumen, que, a pesar de ser el más importante y fundamental, no da una idea exhaustiva del pensamiento de Marx. En la sociedad capitalista (así comienza el volumen) la mercancía no cuenta por su valoración social: se ha convertido en un objeto abstracto, un fetiche. De modo particular, el dinero "que refleja sobre una mercancía sus relaciones con todas las demás" se apodera del alma humana y la tiraniza como un demonio. El dinero es el que compra a los hombres y el trabajo de éstos.
La fuerza-trabajo, productora de las mercancías, se cambia y se compra como otra mercancía cualquiera y obedece a las mismas leyes del mercado, olvidando que detrás de ellas hay un hombre, con su familia: el proletario. Este proletario es libre, pero si no vende su trabajo se muere de hambre. Vende su capacidad de trabajo, pero ésta es una cualidad personal, y no se puede vender aisladamente; por esto una vez hecho el contrato entre capitalista y trabajador, éste, con toda su personalidad y sus necesidades, pasa a manos del otro.

Karl Marx
Para el capitalista, el dinero debe multiplicar dinero. También el dinero invertido en los salarios se multiplica, o sea, que la fuerza humana adquirida produce al capitalista una plusvalía, además del valor con que la paga. La formación de la plusvalía y su aumento se efectúan de las siguientes maneras: 1º) el capitalista obliga al operario a darle su trabajo por un tiempo superior al que se necesita para compensar el salario; 2º) la mercancía-trabajo, en vez de consumirse como otra cualquiera, produce (al consumirse) un valor superior al que representa, esto es, que el trabajo produce un excedente sobre su coste, que es la plusvalía, monopolizada por el capitalista, el cual tiene poder de imponer al operario las condiciones que quiera; 3º) cuando no es posible ulteriormente aumentar la jornada de trabajo por vía directa, el capitalista procura aumentarla indirectamente, modificando el proceso técnico; toda mejora de la técnica productiva equivale a un aumento de la jornada de trabajo; aumenta la producción y por eso acrece la plusvalía.
Esta última consideración pone en claro que, en un momento dado de la evolución del proceso productivo, esto es, cuando el capitalista ha llevado a su límite extremo los dos primeros modos de aprovechamiento, el problema del aumento de la plusvalía se torna esencialmente un problema técnico: mejorar los medios técnicos de la producción. Los inventos mecánicos han sido, a este respecto, el gran recurso del capitalista.
En manos del capitalista la plusvalía se convierte en nuevo capital: así se obtiene la acumulación. Ésta, por un proceso cuyas varias fases analiza Marx en la obra, conduce a la concentración de los capitales y a la centralización, hasta que el capitalismo cae en un círculo vicioso. He aquí cómo se sintetiza en el pensamiento de Marx el círculo cerrado del sistema capitalista: en la competencia de la producción vence el precio más bajo; el precio más bajo es el resultado de un alto rendimiento de trabajo, y éste se resuelve en máquinas más poderosas y en talleres más perfeccionados, y por tanto en un capital mayor; de aquí la necesidad de acumular a ritmo creciente; pero cuanto más se acumulan las máquinas, más disminuye proporcionalmente el número de obreros y más pequeña se hace la proporción del capital circulante (mano de obra) respecto al capital fijo (máquinas, instalaciones, etc.); como la plusvalía deriva del capital circulante, cuanto más pequeña sea la proporción de este capital, tanto menor se hace la proporción de la plusvalía (que puede aumentar en valor absoluto, pero disminuye en valor relativo).
En tanto, crece la masa de obreros desocupados, de manera que las posibilidades de consumo decrecen, mientras por otra parte aumentan las mercancías en el mercado. Entonces es menester, para que los parados vuelvan a consumir, ocuparlos en nuevas ramas de la industria, o desarrollar las que ya existen. Pero para esto son menester nuevos capitales y los nuevos capitales no se pueden obtener sino con la acumulación, y la acumulación no se obtiene sino con el aumento de la plusvalía. Para aumentar el valor relativo de la plusvalía sería menester disminuir el valor de la mano de obra, bajando el precio de las mercancías consumidas por el trabajador. Para disminuir el precio de las mercancías es necesario aumentar la productividad, mejorando la técnica. Y para mejorar la técnica, es menester también acumular, aumentando la plusvalía, y así sucesivamente.

Monumento a Marx y Engels en Berlín
El círculo vicioso queda cerrado. De cuando en cuando el círculo se interrumpe; con los almacenes repletos, y las salidas cerradas, el mercado ya no acepta nada; quiebras, obreros sin trabajo, revueltas de los hambrientos: crisis. Tal es el círculo vicioso del sistema capitalista; pero éste, como el sistema de que es expresión, ha tenido también su punto de partida. Al origen del capitalismo corresponde el origen de la acumulación, pecado original de la economía política. La primera acumulación del capital es fruto de una expropiación: de propiedad privada conquistada con el trabajo. Inmediatamente se tiene una nueva forma de expropiación: la del capital inferior, que ya se aprovecha de una muchedumbre de operarios. Todo capitalista ha matado a otros y, la mayoría de las veces, será muerto por uno mayor que él.
El proceso alcanza tales extremos que, en un momento dado, el número de los capitalistas es muy pequeño y se vuelve amenazadora para ellos la masa de la miseria que, en el polo opuesto, se organiza, se une y se subleva. Es el propio desarrollo del mecanismo capitalista el que anima esta masa; en efecto, el monopolio del capital se torna un impedimento hasta para los métodos de producción surgidos del mismo capitalismo. La concentración de los medios de producción y la socialización del trabajo alcanzan tales límites que resultan incompatibles con la estructura capitalista, dentro de la cual se han originado y se han determinado. La estructura se convierte en superestructura, y habrá de derrumbarse. El final de la propiedad capitalista está próximo. Los expropiadores serán expropiados.
El segundo volumen describe minuciosamente el funcionamiento del mercado, del cual son esclavos los capitalistas; pero éstos, para disminuir los riesgos de los caprichos del mercado, se ayudan recíprocamente, fundan las bancas y adoptan medidas de seguridad. Así los fenómenos caóticos acaban por regularizarse, y el capitalista consigue vivir más seguro en su propio edificio. Pero mientras tanto el mecanismo se ha complicado, y el capitalista, a pesar de seguir obteniendo la plusvalía sólo de su actividad de industrial, asume nuevas funciones: se convierte en comerciante, mediador, banquero, latifundista. Se hace ayudar por una muchedumbre de otras personas: éstas ayudan al capital a conseguir su provecho, y por esto reclaman una parte de él. El provecho, en adelante, habrá de ser repartido entre todos los lobos de la horda. El modo cómo haya de ser dividido viene marcado por el propio juego del mecanismo capitalista.
Ya la economía clásica había notado que los capitales empleados en las más diferentes empresas dan, en un mismo país y en un mismo tiempo, una proporción igual de provecho. En el tercer volumen de El capital, Marx explica que los diferentes provechos se igualan en el momento de la venta de la mercancía, porque el capital no ingresa el provecho de su producción particular, sino únicamente su parte en el botín general. Los capitalistas se comportan, en lo que concierne al provecho, como accionistas de una gran sociedad: no se distinguen unos de otros sino por el importe relativo de los capitales empleados por cada uno de ellos.

Quien fue Karl Marx?? Biografia completa

El paulatino y ya casi evidente fracaso de supuestas aplicaciones prácticas de sus ideas políticas y económicas, no debe ensombrecer la talla de Karl Marx como pensador revolucionario, cuya obra significó en las ciencias socioeconómicas un vuelco similar al producido por Freud en la psicología o Einstein en la física. La cristalización y dogmatización de su brillante propuesta intelectual ha tenido un precio que la historia juzgará y él no hubiera avalado. Con Marx, la ética política deja de ser una ciencia infusa y la doctrina económica una velada defensa de intereses particulares. Después de él, la comunidad internacional ya no tiene excusas racionales para no avanzar hacia la justicia y la igualdad desde el análisis científico de los hechos, sus relaciones, causas y consecuencias.
Karl Marx nació en la Renania prusiana actual Alemania, en la ciudad de Trier (antes Trèves, en español Tréveris) el 5 de mayo de 1818. Fue uno de los siete hijos del abogado judío Heinrich Marx y de su esposa holandesa Henrietta Pressburg. El padre era un hombre inclinado a la Ilustración y a las ideas moderadamente liberales, devoto de Kant y de Voltaire. Por tanto, Karl tuvo una infancia habitual en la burguesía culta de su tiempo, y asistió a la escuela y cursó el bachillerato en su ciudad natal.

Karl Marx
En octubre de 1835, con diecisiete años, se inscribió en los cursos de humanidades de la Universidad de Bonn. Pasó allí sólo un año, en el que estudió griego e historia y llevó una agitada vida estudiantil, incluyendo un duelo y un día de calabozo por alcoholismo y desórdenes (fue la única vez que el fundador del comunismo científico estuvo en prisión). El ambiente universitario de Bonn era rebelde y politizado, por lo que Karl se hizo miembro de un círculo en el que se discutía de política y poesía, y llegó a presidir el Club de las Tabernas, que tenía otros fines. Pese a tantas actividades, de pronto resolvió pasarse a la Universidad de Berlín, en la que ingresó al año siguiente, también en el mes de octubre.
En Berlín se apuntó para estudiar leyes y filosofía, sin abandonar su inclinación por la historia. Encontró muchos amigos y una novia, Jenny von Westphalen, joven inteligente y atractiva de veintidós años (cuatro más que Karl Marx), perteneciente a una familia de funcionarios de reciente nobleza, que jamás tragarían al «noviecito» judío e intelectual de Jenny.
Un joven hegeliano
Georg W. F. Hegel acababa de morir y el ambiente universitario berlinés era fervorosamente hegeliano, aunque cada grupo o cenáculo estudiantil interpretaba las ideas del creador de la dialéctica a su manera. El joven Marx se vio inmerso en esas discusiones, que lo llevaron a una profunda depresión y al primer descalabro de su frágil salud. En prenda a su rigor intelectual, aceptó incorporarse a «una concepción que odiaba» (según carta a su padre de noviembre de 1837) y se unió al grupo de seguidores del joven profesor Bruno Bauer, que sostenía las ideas más progresistas y democráticas de la obra de Hegel y el cuestionamiento del pensamiento matemático y formal.

Casa natal de Marx
Bauer fue expulsado de la universidad por «radical» en 1839, pero los jóvenes hegelianos ya eran republicanos de izquierdas que utilizaban la filosofía y la dialéctica como instrumento crítico de la rígida sociedad prusiana en la que vivían. No obstante, Marx y sus compañeros eran todavía idealistas y bastante románticos, al confiar en que la sociedad cambiaría gracias al desarrollo de la cultura y la educación. Esta posición no era compartida por el periodista Adolph Rutemberg, el más íntimo amigo de Karl en esa época, que lo impulsaba a conocer la lóbrega realidad de los obreros y los menesterosos.
A instancias de sus amigos y de Jenny, en abril de 1841 presentó una brillante tesis doctoral que contrastaba la filosofía de Demócrito y la de Epicuro, incluyendo la después famosa frase: «La crítica es también teoría», con lo que se doctoró en filosofía cuando aún no había cumplido veintitrés años. No irían mucho más allá sus logros académicos. A principios del año siguiente se incorporó a una publicación fundada por las fuerzas más progresistas de Colonia, entonces capital industrial de Prusia.
Como redactor de la Rheinische Zeitung (Gaceta de Renania), Marx tomó contacto con las realidades sociales y la naturaleza crudamente clasista de la legislación prusiana. Nombrado otra vez director de la revista en octubre de 1842, sus crónicas parlamentarias desde la Dieta renana denunciaban al Estado como guardián y valedor de los intereses de los empresarios y expresaban su interpretación radical del pensamiento hegeliano, en tanto que el Estado no cumplía su función esencial como realización ética de la especificidad humana.
Su labor como periodista político lo llevó a tomar conocimiento de los movimientos obreros en Francia e Inglaterra, especialmente por las crónicas de Heine desde París y Lyon, y de las ideas del socialismo utópico mantenidas por Fourier, Owen, Saint Simon y Weitlig. Desde hacía un tiempo estaba fuertemente Influido por el pensamiento de Ludwig von Feuerbach, discípulo de Hegel que elaboró lo que suele resumirse como un «humanismo ateo». Marx comenzó a intentar casar ese materialismo con la dialéctica hegeliana sin llegar a plantearse todavía nada que pudiera llamarse lucha de clases. Justificaba en sus artículos las reivindicaciones proletarias europeas como rebelión de «la clase que hasta ahora no ha poseído nada», un fenómeno natural y circunstancial motivado por la insensibilidad del estamento dominante, que no cumplía adecuadamente su papel rector. Incluso criticaba abiertamente las ideas del comunismo utópico por su parcialidad clasista, que dejaba de lado las «comprensiones objetivas» de la realidad. En última instancia siguió defendiendo el estado integral humanista de Hegel, frente al «estado de artesanos» que, en su opinión, propiciaban los protocomunistas.
La censura prusiana presionó seriamente contra los editores de la Rheinische Zeitung y Marx se vio obligado a dimitir. No deseaba regresar a la carrera académica a causa del rígido control ideológico implantado por el gobierno en la universidad. Tras siete años de noviazgo, se casó con Jenny en junio de 1843 y ambos se sumaron a la emigración política alemana que se dirigió a París. Allí conocería a la crema de la juventud revolucionaria europea, como Heine, Borne, Proudhon y, sobre todo, Friedrich Engels.
El Manifiesto comunista
Marx siguió trabajando sobre la base del humanismo abstracto de Feuerbach, que criticaba la religión y la filosofía especulativa. Por su parte, Engels lo convenció de la importancia de profundizar los estudios económicos. Junto al hegeliano Arnold Ruge editó en 1844 el Deutsch Französische Jahrbücher (Anuario AlemánFrancés), que incluía dos extensos artículos de Marx: «La cuestión judía» y «La filosofía hegeliana del derecho» en el que escribía el célebre aserto: «La religión es el opio de los pueblos» (metáfora de gran actualidad, pues Inglaterra acababa de invadir China en la llamada «guerra del opio»). También trabajó en esa época en unos Manuscritos económicofilosóficos, que dejó en borrador y no publicó durante su vida. En ellos se refleja especialmente el momento de transición que atravesaba su pensamiento, y el proceso de elaboración de lo que él mismo llamaría la «mezcla» entre el análisis crítico de las ideas y el estudio e interpretación de los datos reales.
Marx y Engels
La presión de Prusia sobre el gobierno de Guizot hizo que Karl Marx abandonara París. El 5 de febrero de 1845 se instaló en Bruselas, donde transcurrirían dos años de fecundo trabajo en colaboración con Engels. Fue en ese período cuando efectuaron la primera formulación del materialismo dialéctico y escribieron La sagrada familia, La ideología alemana y Miseria de la filosofía, este último cuestionando el libro de Proudhon Filosofía de la miseria.
En 1847 Marx llegó a Londres y tomó contacto con una sociedad secreta en formación, la Liga de los Justos, integrada principalmente por artesanos alemanes emigrados, que le pidieron que escribiera sus estatutos. Engels los relacionó con los obreros izquierdistas ingleses, y ambos trabajaron desde diciembre hasta enero de 1848 en la carta fundacional de la Liga, que se publicó como Manifiesto comunista. La declaración comienza con una frase que se hizo famosa: «La historia de toda sociedad que haya existido hasta hoy, es la historia de una lucha de clases». Y entre sus consideraciones afirma que las fuerzas productivas están en tensión constante con «las relaciones de producción, con las relaciones de propiedad, que son las condiciones de vida de la burguesía y de su dominio».
Según escribiría más tarde Engels, fue en este período cuando se produjo el punto de inflexión conceptual que rebasó a Feuerbach, pasando «del culto del hombre abstracto a la ciencia del hombre real y su evolución histórica». Apareció entonces también la idea de la «sobreestructura» compuesta por las instituciones y formaciones ideológicas, frente a la Verhaltnisse (palabra alemana que significa tanto condiciones como relaciones) de producción y apropiación del producto social.
En ese momento estallaron en Europa una serie de revoluciones populares en cadena que afectaron a Francia, Italia y Austria, con repercusiones sociales en Alemania e Inglaterra. Marx fue invitado a París por el gobierno provisional y se opuso con vehemencia a la expedición «liberadora» sobre Alemania que proponía el poeta Georg Herwegh. Esto le granjeó una gran impopularidad entre los revolucionarios, pese a que él y Engels pasaron en abril de 1848 a Alemania para colaborar con las fuerzas democráticas. La propuesta de Marx era una alianza de los trabajadores con la burguesía progresista, que lo llevaría a enfrentamientos frontales con los líderes obreros.
Marx resucitó en Colonia la Neue Rheinische Zeitung, que tuvo corta vida debido al contraataque represivo del gobierno prusiano. En su último número, espectacularmente impreso en tinta roja, la revista convocaba tardíamente a la resistencia armada. En 1849, ante el fracaso de la revolución, Marx volvió a París, de donde fue nuevamente expulsado. Pasó a Londres, ciudad en la que viviría el resto de sus días. El desencanto circunstancial respecto al activismo político y su rechazo al radicalismo utópico de algunos compañeros, lo llevó a disolver en 1850 la Liga de los Comunistas.
El cerebro de la Internacional
La primera época en Londres fue bastante dura para Karl Marx, sumido en la pobreza, aquejado por su mala salud y acechado por los acreedores. La familia sobrevivió seis largos años en dos míseros cuartos del Soho, gracias a las ayudas que enviaba Engels desde la factoría de su padre en Manchester, donde trabajaba como contable. También colaboraron a su sustento Wilhelm Wolff, amigo de Karl, y esporádicos envíos de los parientes de Jenny. Dos de los cuatro niños de los Marx murieron en esos años de privaciones y sufrimientos.
A fines de 1851 el New York Tribune lo designó corresponsal, lo que alivió en parte su situación económica y mucho su dignidad. En once años de colaboración, Marx escribió para ese diario más de quinientos artículos y editoriales, un tercio de ellos con Engels. En esa etapa de su labor intelectual comenzó a preparar datos y materiales para el primer volumen de El capital (Das Kapital). Trabajos como la Contribución a la crítica de la economía política, Teorías sobre la plusvalía o un nuevo Esbozo para una crítica de la economía política suelen ser considerados como escritos preparatorios de su monumental obra teórica. Mientras tanto, no dejó de mantener nuevos enfrentamientos con los que llamaba «aventureros» y «alquimistas» de la revolución.
No obstante, cuando en 1864 se fundó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (conocida popularmente como la Internacional), sus dirigentes llamaron a Karl Marx a participar y a colaborar en la redacción de sus primeros documentos. Si Marx es considerado el creador del comunismo moderno, y la Internacional su primera formación concreta para los trabajadores de todo el mundo, lo cierto es que aquél no fue fundador ni líder de ésta, sino sólo el guía intelectual de un sector de la misma.
Como miembro del consejo general, trabajó activamente en la redacción de la memoria inicial y los estatutos de la asociación, al tiempo que completaba la elaboración del primer volumen de El capital, que se editó en Londres en 1867. Fue el único volumen publicado en vida de su autor (los volúmenes II y III los dio a conocer Engels, respectivamente, en 1885 y 1894), y el conjunto de esta obra tuvo una influencia decisiva a lo largo del siguiente siglo. Sólo bastante más tarde se comenzó a dar importancia al estudio y conocimiento de los trabajos anteriores y juveniles de Karl Marx. El núcleo ideológico de El capital parte de la negación de la especulación filosófica como fundamento de la acción política revolucionaria, que debe basarse en el conocimiento positivo de la realidad histórica social y económica. En este último aspecto, introduce el concepto de la «plusvalía» como valor del trabajo humano del que se apropia el dueño de los medios de producción.
La Internacional nació en un momento propicio, como propuesta de unión y organización concreta del movimiento obrero, en tanto expresión de la clase trabajadora más allá de las fronteras nacionales. En 1869 alcanzaba ya la cifra de 800.000 asociados, con un consejo general integrado por representantes de las «secciones» de los distintos países. En 1870 Engels consiguió trasladarse a Londres. Curiosamente, fueron los italianos quienes le pidieron que se incorporase al consejo como delegado de su sección. La entrada de su estrecho colaborador alivió a Marx de la intensa tarea como «cerebro» de la asociación y le permitió dedicar más tiempo a sus estudios en el Museo Británico y a sus escritos teóricos.

Marx en 1882
Pese a ser quien era, Karl Marx no era un nombre muy conocido en el resto de Europa: en parte porque escribía en alemán (pero sus obras no se publicaban todavía en Alemania) y en parte porque sus elaboraciones conceptuales y su estilo no estaban precisamente al alcance de las masas. Fue el levantamiento popular de París en 1871, conocido como la Comuna, el que adoptó El capital como fundamento teórico, proclamó la primera experiencia histórica de «dictadura del proletariado» y difundió el nombre de Karl Marx por todo el mundo. La mayor parte de los revolucionarios y líderes obreros adoptaron sus ideas (aunque no todos las bebieran en su fuente original) y se inició la veneración de su persona y su obra como quintaesencia del pensamiento revolucionario.
Mientras tanto, el Marx de carne y hueso estaba enredado en una furiosa disputa de facciones en el seno del consejo general de la Internacional. Su adversario era Mijaíl Bakunin, y el tema de enfrentamiento era el camino a seguir en la lucha revolucionaria. El líder anarquista ruso, que había levantado la Comuna de Lyon en 1870, propiciaba la destrucción de los estados nacionales y disentía del papel que otorgaba su rival al partido y a los obreros industriales como vanguardia revolucionaria. El enfrentamiento se alimentaba también de las fuertes y tozudas individualidades de ambos adversarios y de su inocultable encono personal. Marx, que no estaba libre de prejuicios, llegó a afirmar: «No me fío de los rusos». Hay quien, no sin ironía, vio en esa frase una cierta intuición profética.
En el congreso celebrado en 1872 en La Haya, los partidarios de Marx consiguieron la expulsión de Bakunin y sus seguidores de la Asociación Internacional de Trabajadores. En el mismo encuentro, Engels anunció que la sede del consejo se trasladaría de Londres a Nueva York, noticia que fue recibida con justificada preocupación por los asistentes. En efecto, la que pasaría a la historia como la I Internacional languideció en su sede americana hasta desaparecer. Luego vendrían la II, III y IV Internacional, de diverso signo ideológico y sin vinculación con la persona de Marx. Éste decidió retirarse del activismo político en 1873, para dedicarse al estudio y el trabajo teórico.
Varios autores consideran que la capacidad intelectual de Karl Marx se debilitó notablemente en la última década de su vida. Lo cierto es que era un hombre enfermo, casi sexagenario y profundamente desengañado por la incomprensión o la trivialización de su pensamiento por muchos de los que deberían desarrollarlo y llevarlo a la práctica. En sus obras de madurez recuperó buena parte del estilo y la terminología del lenguaje filosófico de Hegel, según el propio Marx, por «coqueteo intelectual» con la obra de su antiguo maestro y como respuesta a la «vulgarización» que mostraba la cultura de izquierdas desde hacía varios años. Por otra parte, buscó también expresar su reconocimiento al fundador de la dialéctica, pese a no haber compartido sus «mixtificaciones idealistas».
Pese a ese semirretiro y a la declinación de sus energías creativas, Marx recibió en esta etapa final visitas y correspondencia de líderes obreros y políticos. Nunca descuidó y siempre mantuvo un magnetismo personal sobre los círculos revolucionarios (incluso los que no compartían sus puntos de vista), que no podían sustraerse a lo que Engels denominaba su «peculiar influencia». Hacia 1877 con la salud muy quebrantada, se refugió definitivamente en la vida hogareña. Y fue precisamente en el círculo familiar donde se produjeron dos desgracias consecutivas que probablemente precipitaron su muerte. El 2 de diciembre de 1881 falleció su esposa, y apenas un año después, el 11 de enero de 1883, su hija mayor, Jenny Longuet. Solo, abatido, con la mente debilitada y los pulmones seriamente afectados, Karl Marx murió o se dejó morir el 14 de marzo de 1883. Su tumba en un cementerio londinense es hasta hoy meta de peregrinación de marxistas y no marxistas que veneran la importancia de su obra y la profunda apertura intelectual de su pensamiento.