Gestión de Despachos: Las claves de un despacho de abogados excelente
"La excelencia implica algo más que desarrollar 
dignamente un trabajo. La excelencia se traduce en una labor profesional
 enfocada hacia la constante satisfacción del cliente, la realización 
profesional de todos los integrantes de un despacho para que trabajen a 
gusto, lo que se traducirá en un trabajo de mayor calidad, la 
instauración de unos hábitos de trabajo eficaces que se vayan 
consolidando a medida que se acredite su eficacia, y sobre todo, la 
búsqueda de fórmulas que mejoren constantemente nuestros métodos de 
trabajo para que ganemos más clientes y dinero… ¿o es que acaso no es 
importante que el trabajo bien hecho, y su razonable remuneración, sean 
proporcionales al esfuerzo y sus resultados?
  
  
Por
 Julio García Ramírez. Abogado. Director del Máster en Perfeccionamiento
 de Habilidades de la Abogacía del ISDE. Autor del libro "Las cuatro 
habilidades del abogado eficaz". 5ª edición, Editorial Colex.
A continuación, expondré las claves de 
un despacho excelente basado en los estudios realizados por Tom Peters, 
pero adaptados a nuestra profesión de abogado. Tom Peters es autor del 
libro "En busca de la excelencia", libro de gestión empresarial que 
cambió hace años el mundo empresarial, y uno de los libros más vendidos 
en el mundo profesional desde hace treinta años."
¿A que a la mayoría de los compañeros 
que estáis leyendo estas líneas no os suena dicho nombre? normal, a los 
abogados parece que se nos tienen vetados los mejores consejos de los 
grandes gurús de la eficacia empresarial, parece como si estuviéramos 
fuera de su círculo de influencia, pero esto es sólo una ilusión que nos
 hemos querido creer por pura comodidad. Los verdaderos responsables de 
no adquirir dichas enseñanzas somos nosotros, porque tenemos la 
responsabilidad de leer algo más que el "Código Civil" o el "Código Da 
Vinci", es decir, leer sólo libros técnicos y novelas.
Pero existe un término medio a la hora 
de leer libros que nos van a facilitar adquirir y potenciar unos 
extraordinarios consejos para ser más eficaces en nuestra labor 
profesional y personal.
Yo os facilitaré la labor en este 
artículo pero la sabiduría no es efectiva de por sí, sólo ejecutar lo 
que hemos decidido que es correcto es eficaz, y por ello, os animo a que
 comprobéis en vuestros humildes o grandes despachos la efectividad de 
unos hábitos de trabajo que han quedado demostrados que hacen a las 
empresas excelentes y que os harán a vosotros excelentes profesionales.
Las personas de éxito tienen el hábito 
de hacer las cosas que a los fracasados no les gusta hacer, y no es 
porque a aquéllas les guste necesariamente hacerlas, pero su desagrado 
queda subordinado a la fuerza de su propósito. ¿Es la excelencia 
profesional el vuestro?
A continuación están las claves de un despacho de abogados excelente:
1.- Predisposición a la acción: Para 
obtener un salario mayor se debe aportar más al mundo, nuestros 
despachos deben poner en práctica lo que hemos estudiado que acredite 
una eficacia mayor, es decir, debemos ser capaces de poner en acción 
nuestros planes y proyectos, porque la clave de ganar más, consiste en 
leer libros que otros no leen, tener ideas que a otros no se les 
ocurran, adquirir capacidades que otros no tienen y, por supuesto, 
ejecutar los planes previstos más claro imposible.
2.- Acercamiento al cliente: Hay 
clientes muy pesados que nos están todo el día llamando, y después están
 la mayoría que se conforman con muy poco. Sí, muy poco. A la mayoría 
les encanta que de vez en cuando les informemos de su asunto, ello 
implicará para ellos que estamos pendientes de su problema, que nos 
preocupamos por ellos, y cuando el resultado es impredecible y el tiempo
 que dura un pleito para ellos es eterno, agradecen que estemos cerca de
 su asunto cerca de ellos, en definitiva.
3.- Autonomía y espíritu empresarial: 
Hay que invitar a los miembros de un despacho a que compartan sus ideas,
 a que sus proyectos se queden dentro del despacho para que crezca la 
organización, hay que premiar su talento, muchos no saben que tienen 
unas extraordinarias capacidades que, por desgracia, quedan enterradas 
bajo la incompetencia e intransigencia de jefes que no saben apreciar lo
 bueno que hay en sus trabajadores. El buen jefe, desea rodearse de 
colaboradores mejor que él porque tal y como dijo Baltasar Gracián 
"constituye un noble arte el conseguir que te sirva gente que la 
naturaleza hizo superior". No temáis la competencia dentro del despacho 
os hará mejores.
4.- Productividad del personal: La 
clave para que los abogados de un despacho quieran hacer lo que deben 
hacer, consiste en fomentar un sistema de recompensas basado tanto en 
una mayor retribución por realizar un buen trabajo, como en reconocer su
 labor profesional. Pero no recompensando a todos por igual, sino 
actuando en consecuencia con el que más se lo merezca. El reconocimiento
 de nuestro esfuerzo constituye el motor por el que muchos de nosotros 
nos movemos cada día. Hay que reconocer que mucha gente puede vivir dos 
meses de un buen y sincero elogio.
5.- Dedicarse a lo que se sabe hacer: 
Si el despacho está especializado en una materia en concreto, debería 
potenciarlo aún más, pero sin descuidar otras áreas que perfectamente se
 pueden compartir con otros despachos especialistas en los campos del 
derecho que no dominamos. Hoy en día, las materias están 
interconectadas, un tema civil puede perfectamente derivar en uno penal,
 y no podemos dejar de dar dicho servicio a nuestros clientes ya sea 
directa o indirectamente. Pero si una materia es nuestro fuerte, 
deberíamos suscribirnos a todas las revistas posibles especializadas, 
compartir tertulias con compañeros que sean también especialistas para 
aprender de ellos, invertir en publicidad y hablar con jueces y 
magistrados para saber si nuestras hojas de ruta procesales van por buen
 camino.
6.- Estructura simple y poco personal: 
Muchos abogados que están solos no saben que muchos centros de empresas 
permiten que, por menos de 100 euros al mes, una persona coja el 
teléfono en su nombre con extraordinaria amabilidad, le pase la llamada o
 le transmitan el mensaje con posterioridad, se tiene derecho a unas 
cinco o diez horas para usar la sala de reuniones y facilitan constituir
 su domicilio social y de notificaciones dando la apariencia de una 
estructura mayor, que implicará dar un mejor aspecto comercial para 
facilitar la venta de nuestros servicios profesionales.
Lo anterior es un claro ejemplo de una estructura simple, eficaz y con poco personal.
7.- Formación continua de todos los 
integrantes del despacho: No invertir en formación puede suponer dejar 
de dar a nuestros clientes la mejor atención personal y profesional que 
se merecen constantemente. Si la mayoría de las grandes empresas se 
gastan una fortuna en la formación de sus empleados a todos los niveles,
 los pequeños y grandes despachos de abogados invierten menos de lo que 
necesitarían para estar constantemente dando una atención excelente y 
ésta, la excelencia, es el último paso y el más difícil de mantener 
cuando un despacho ha alcanzado una digna eficacia. Porque en el fondo, y
 tal y como nos dice Tom Peters:
"La excelencia siempre.
¿Si no es la excelenciaentonces qué?
¿ y si no es la excelencia ahoraentonces cuándo?"
¡Ánimo! No es fácil.

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